Ruta al Ibón de Plan, o ese lugar con el que todos hemos soñado alguna vez
Ibón de Plan ( 1.924m) desde Saravillo
Dificultad: Fácil
Distancia: 14 km de pista (en coche) y 2 km andando.
Tiempo: 50 min. en coche y 20-30min andando
Desnivel: 100m
Punto de Salida/Llegada: Saravillo
Ideal para hacer con niños
Antes de hablaros de la ruta al Ibón de Plan, una de las excursiones más bonitas para hacer con niños en el Pirineo aragonés, os contaré una historia, la de la Basa de la Mora. Cuenta la leyenda, que en las aguas oscuras del ibón de Plan habita una joven princesa mora. Llegó hasta aquí huyendo de los crisitianos, se perdió y su alma quedó para siempre atrapada en el lago. En la noche de San Juan, aquellos que mantienen el espíritu y la mirada limpia, pueden verla danzar al alba sobre las aguas del lago cubierta de joyas y serpientes de colores. Y es por ello, que el ibón de Plan es también conocido como la Basa de la Mora. No sé si serás de los privilegiados que la verá danzar, pero seguro que te sentirás un afortunado al contemplar este paisaje de ensueño.
¿Cómo llegar al Ibón de Plan?
Para llegar al ibón de Plan hay que adentrarse en el Valle de Chistau, un territorio salvaje donde los haya a la entrada del Parque Natural Posets-Maladeta y a escasos 50 minutos si estás alojado en alguna de nuestras casas rurales en el Pirineo Aragonés.
Hay varias rutas de acceso, pero hoy quiero centrarme en la más sencilla y la mejor opción para disfrutar con niños o en familia.
Esta ruta al ibón de Plan comienza en el pueblo de Saravillo. Desde aquí parte una pista -apta para vehículos y por la que hay que pagar una pequeña cantidad para su mantenimiento- que asciende hacia el Ibón de Plan.
Al llegar al refugio de Lavasar, 50 minutos después de una subida en coche por pista de tierra, empiezas a entender porque este mágico lugar es uno de los imprescindibles cuando visitas el Pirineo y la provincia de Huesca.
A partir de aquí, la ruta hasta ibón de Plan continúa a pie siguiendo un sencillo sendero entre bosques de pino negro y verdes praderas.
En unos 20 minutos, al resguardo del macizo de Cotiella, verás el Ibón de Plan. Por un momento creerás haber viajado a Canadá y quizá te sientas abrumado ante tal belleza porque -créeme- este es uno de los paisajes más preciosos que esconden las montañas del Pirineo aragonés.
Una recomendación, el Ibón de Plan atrae cada año la miradas de muchos viajeros. Así que, si quieres evitar un río de gente y encontrar la calma que venias buscando, te recomiendo que lo visites a principios de primavera o finales de invierno y evites los meses estivales.
¿Sabías qué? Un ibón es el nombre que se le da en Aragón a los lagos de montaña de origen glaciar.
Una degustación gastronómica en el Valle de Chistau
Estando en el Valle de Chistau no puedes irte sin saborear su lado gastronómico.
Una vez finalizada la ruta al Ibón de Plan, y ya de vuelta a Saravillo, merece la pena pararse a degustar sus quesos y patés artesanales; acompañados de un buen pan harán que esta experiencia tenga un sabor todavía más auténtico.
Y esto es solo el principio, mi recomendación es que continúes la estrecha carretera que remonta el río Cinqueta hasta llegar a Plan, San Juan de Plan y Gistaín, tres preciosos pueblos con encanto construidos a base de piedra, madera y forja. Aquí encontrarás varios restaurantes donde poder degustar la carne del país.
Y es que en este valle, alejado del ajetreo de turistas que atrae Ordesa, el ser humano todavía convive en armonía con la naturaleza y la ganadería sigue siendo uno de sus recursos económicos más importantes.
Si te has quedado con ganas de más, no te pierdas nuestras recomendaciones de rutas en el Pirineo aragonés.