El valle de Escuaín, la pequeña joya del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
Dejamos Tella para dirigirnos a otra de las pequeñas joyas del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, el valle de Escuaín. Quizá el menos visitado y desconocido de todos, pero sin duda alguna la mejor opción si huyes de las aglomeraciones. Y es que los estrechos y gargantas de Escuaín que forma el río Yaga son el paradigma de naturaleza virgen y silencio.
Además, el valle de Escuaín alberga una riqueza faunística de excepción, así que ¡no te olvides de echar los prismáticos en la mochila!. Para los amantes de la observación de aves este es un lugar privilegiado para ver de cerca una de las aves rapaces más hermosas que existen: el quebrantahuesos. También entre sus escarpadas paredes verás buitres, halcones o águilas reales.
¿Qué hacer en el valle de Escuaín?:
Ruta de los Miradores de Escuaín- Proas de O’Castiello
- Dificultad: Fácil
- Distancia: 800m
- Tiempo: 20min
- Desnivel: Sin apenas desnivel
- Punto de Salida/Llegada: Escuaín
Una ruta ideal para hacer con niños
La ruta de los miradores de Escuaín, también llamados proas de O Castiello, es un sencillo paseo ideal para hacer con niños y disfrutar de la naturaleza en familia. Una ruta educativa donde sin apenas alejarte del pueblo te adentrarás en este paraíso natural y conocerás de cerca cómo vive el quebrantahuesos, el ave más emblemática del Pirineo.
Para contemplar esta preciosa estampa, hay que llegar hasta el pueblo de Escuaín siguiendo una estrecha carretera que parte desde Escalona, a unos diez minutos de Aínsa. Desde el mismo pueblo de Escuaín, sale el sendero que conduce hasta estos impresionantes miradores sobre el río Yaga. La ruta no te llevará más de 20 minutos y el buen sabor de boca está garantizado, pero probablemente finalices con ganas de más. Si es así, sigue leyendo porque nos vamos a adentrar en la garganta del río Yaga
¿Sabías qué?
El paisaje calizo del valle de Escuaín esconde un secreto. Aquí, a más de 1000 metros por encima de nuestras cabezas, se encuentran las integrales (cuevas verticales) más profundas de Europa y una de las simas con mayor desnivel del mundo.
Ruta hasta la garganta de Escuaín
Para llegar a la garganta de Escuaín y ver de cerca sus aguas cristalinas -algo que recomiendo encarecidamente- hay que alargar el camino. La forma más rápida y sencilla es siguiendo el sendero que parte poco antes de llegar al pueblo de Escuaín (a un kilómetro aproximádamente). Allí encontrarás un panel indicativo que muestra el camino para descender hasta el nacimiento del río Yaga. Tras media hora de ruta y unos 200 metros de desnivel llegarás al fondo del valle y probablemente te sentirás la persona más afortunada del mundo. Las aguas cristalinas, cascadas, simas y sumideros dan lugar a un paisaje de excepción en el Pirineo Aragonés. Una vez en el río, remonta por su cauce para llegar a los pies de la majestuosa cascada, teniendo en cuenta que tendrás que mojarte los pies.