Descubriendo el Cañón de Añisclo a pie y en coche
El cañón de Añisclo siempre fue la ruta preferida de mis padres cuando alguien venía de visita a Aínsa. Y hoy, para nosotros, sigue siendo esa excursión comodín ideal para disfrutar en familia, para los que no están acostumbrados a grandes excursiones o para aquellos que no tienen mucho tiempo en su visita por el Pirineo aragonés.
Gran parte del recorrido que te presentamos a continuación se realiza en vehículo. Adentrarse en este profundo desfiladero que forma el valle de Añisclo es puro espectáculo: un paisaje en vertical que te dejará con la boca abierta y con ganas de seguir descubriendo este valle del Parque Nacional de Ordesa y Monteperdido.
¿Cómo llegar al Cañón de Añisclo?
Para adentrarse en el cañón de Añisclo, si te alojas en alguna de nuestras casas rurales en el Pirineo Aragonés, hay que llegar al pueblo de Escalona, a unos 10 minutos de Ainsa siguiendo la N 260. Una vez aquí, comienza el espectáculo: una sinuosa y estrecha carretera recorre durante 13 kilómetros el profundo desfiladero formado por el río Bellos. La carretera es de sentido único, así que tómatelo con calma, abre las ventanillas y disfruta del frescor y de este impresionante paisaje en vertical. Si te detienes (hay varios apartaderos donde puedes bajar del coche) verás como la vegetación se agarra a la vida echando raíces en alguna rendija de los altos paredones que forman el cañón de Añisclo. Llegados al kilómetro 13 se encuentra el parking de la Ereta de Bies y el inicio de las múltiples excursiones que podemos realizar por el cañón de Añisclo.
Ruta del Agua por el Cañón de Añisclo
- Distancia: 2km (ida/vuelta)
- Desnivel: 100m
- Duración: 45min (ruta circular)
Pocas rutas tan sencillas transcurren por lugares tan impresionantes como esta. La ruta del Agua, de corta duración y escaso desnivel, es ideal para disfrutar en familia y hacerse una primera idea del ambiente del cañón de Añisclo. El paseo te llevará poco más de 45 minutos. Desde el parking, toma el sendero que desciende hacia la cascada y el molino de Aso. Por momentos, entre la densa y húmeda vegetación, creerás haberte adentrado en un bosque de duendecillos. Una vez abajo, las aguas cristalinas de los ríos Aso y Bellos invitan a hacer un parón en el camino. La ruta continua por el camino que asciende hasta la ermita de San Urbez, resguardada bajo las rocas de un gran farallón. Si no tienes miedo a las alturas te recomiendo cruzar por el antiguo puente románico; suspendido a 30 metros de altura sobre el río Bellos, la caída al vacío es impresionante.
¿Sabías qué? El cañón de Añisclo cuenta con una vegetación muy peculiar donde se refugian plantas raras y endémicas. Esto se debe principalmente a la inversión térmica y a la estabilidad climática que se ha mantenido a lo largo de los siglos.
De vuelta al coche continuamos nuestra ruta por el cañón de Añisclo siguiendo la carretera dirección Buerba y Vió. Durante la ascensión, no te olvides de parar en alguno de los miradores que encontrarás junto a la carretera. Aquí, los ojos expertos sabrán leer la historia geológica que dio lugar a la formación del cañón de Añisclo. Si miras valle arriba podrás observar como Las Sestrales, a la derecha, y el Pico Mondoto a la izquierda, encajan como un puzzle perfecto. Fue entre estas dos montañas donde el río excavó el tramo más profundo del cañón de Añisclo.
Si tienes poco tiempo y quieres volver de nuevo a Escalona deberás continuar por la carretera que desciende hacia Puyarruego. Si prefieres seguir descubriendo el valle Vio y alargar la ruta en coche te recomiendo dirigirte hasta el pintoresco pueblo de Fanlo; la capital del valle ha sabido conservar el encanto de los pueblos pirenaicos.
Desde aquí, podrás descender hacia Sarvisé y volver a Aínsa siguiendo el valle del río Ara.