Fuenblanca, el paraíso escondido del cañón de Añisclo
Después de haber pisado alguno de los rincones más hermosos de cañón de Añisclo creíamos que lo habíamos visto todo, pero ¡qué equivocados estábamos! porque fue al llegar a Fuenblanca cuando descubrimos uno de los lugares más mágicos del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
Esta ruta de Fuenblanca, alejada de las grandes masificaciones, recorre el valle del cañón de Añisclo desde el parking de San Úrbez ( donde comienza la ruta ) hasta la surgencia de la Fuenblanca. El camino es largo, pero la recompensa al llegar y contemplar la cascada que brota proveniente de las grandes cumbres del Pirineo es inmensa.
Si quieres admirar Fuenblanca en todo su esplendor, ahora es el momento ideal: con la llegada de la primavera y el despertar de la naturaleza.
¿Cómo llegar a Fuenblanca?
La cascada de Fuenblanca se encuentra en pleno corazón del cañón de Añisclo. Para llegar hasta aquí, si te alojas en alguna de nuestras casas rurales en el Pirineo Aragonés, hay que desplazarse hasta el pueblo de Escalona y adentrarse por la carretera del cañón de Añisclo hasta llegar al parking de San Úrbez. A partir de aquí comienza la ruta de Fuenblanca.
Ruta de la Fuenblanca
- Distancia: 24 km (ida/vuelta)
- Desnivel: 800m
- Duración: 7h30 aprox.
- Punto de salida: parking de San Úrbez
El camino no tiene pérdida, ya que en todo momento vamos siguiendo el curso del río Bellos hasta llegar a su nacimiento. Eso sí, aunque la ruta de Fuenblanca no entraña dificultad técnica, hazte a la idea de que el camino es largo, así que tómate tu tiempo, siente la naturaleza y disfruta de una de las rutas más bonitas del Pirineo de Huesca.
Una vez cruzado el puente de San Úrbez y dejada atrás la ermita del mismo nombre, comienza la ruta de Fuenblanca siguiendo el sendero de la derecha. Poco a poco comenzamos a remontar el valle de Añisclo siguiendo el curso del río Bellos y atravesando bosques de pinos y hayas que en primavera muestran todo su esplendor. Pasada la Fuente Cumaz (1.070m) el camino se vuelve más empinado y la ruta más exigente mientras atravesamos el bosque conocido como Selva Plana hasta alcanzar la Ripareta (1.400m). Este lugar junto al río y rodeado de pastizales invita a hacer una parada y reponer fuerzas antes de atacar el último tramo. Poco antes de llegar, el paisaje se abre ante nosotros de forma espectacular y como de la nada aparece la cascada de Fuenblanca: una surgencia que brota de las paredes rocosas de Punta las Olas proveniente de las aguas subterráneas del macizo de Monte Perdido. Ahora sí, es hora de parar el tiempo y contemplar por unos minutos este entorno mágico en pleno corazón del cañón de Añisclo.
La vuelta se realiza por el mismo camino, probablemente en esta época del año no te encuentres con mucha gente, así que aprovecha para disfrutar del paisaje en una de las zonas más vírgenes del Pirineo de Huesca.
